domingo, 4 de mayo de 2014

Indicadores de éxito en el aula

·                     Tener una buena relación entre el alumno y el profesor, acercarse a su mesa cuando esté trabajando, ayudarle cuando lo necesite y estar a su disposición en todo momento.
·                     Que sea participativo.
·                     Para conseguir que esté más atento, que salga a la pizarra, preguntarle habitualmente,…
·                     Supervisión constante, mirarlo a menudo.
·                     Utilizar más la recompensa que el castigo.
·                     Si la tarea es muy larga, dividírsela en varias partes.
·                     En las secuencias de interacción con el alumno hemos de tratar, en primer lugar, de ofrecer actividades en las que puedan tener éxito, así verán que son capaces de lograr objetivos.
·                     Realizar las tareas con ayuda de auto instrucciones.
·                     Enfatizar la estructura y el orden. Generar rutinas de aula hace que cada actividad funcione como estímulo desencadenante de la siguiente, mejorando la concentración.
·                     Evitar situaciones de clase en las que sabemos que no puede controlarse. Los juegos o actividades de turnos que activen demasiado al alumno dejarlos para las sesiones antes de los recreos.
·                     Captar su atención buscando estrategias mediante el contacto físico y visual.
·                     Anticipar y prevenir situaciones que puedan presentarle problemas.
·                     Darles más tiempo para la realización de los exámenes o realizarlos orales si lo requiriese.
·                     Los deberes y las tareas que sean simples, claros y concisos.
·                     Que utilicen siempre la agenda para copiar las tareas y exámenes.
·                     Asegurarnos que tengan escrito en el cuaderno o en los márgenes del libro cualquier descripción que queramos que se aprenda y que no esté en el libro.
·                     Realizarle periódicamente entrevistas individuales, de seguimiento y motivación de su trabajo.
·                     Uso del refuerzo positivo para afianzar sus logros y autoestima.
·                     Organización del aula de modo que el profesor pueda mantener un contacto directo y visual permanente hacia el alumno con TDAH situándolo en la primera fila, al lado de nuestra mesa, en un lugar tal que le podamos tener vigilado, lejos de distracciones y de las ventanas y junto a compañeros en los que se pueda apoyar.
·                     Relación fluida y regular entre los docentes y la familia.

·                     Incondicional apoyo de padres, profesionales y profesores en las decisiones de actuación.

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